Como no exagero


cuando vivo,


exagero


cuando lo cuento

miércoles, 2 de julio de 2008

Papeles

Toda actividad que empiezo en mi vida tiene su representación en forma de pila de papeles en mi pieza. Todo. Cualquier tarea que emprenda, dar clases, estudiar un idioma, cada materia, al instante de ser comenzada inaugura la correspondiente pila de papeles. Esto obviamente colabora con el (o consituye el) desorden generalizado. Papeles en el piso, en el escritorio, arriba del armario, debajo de la cama, o nómades entre el lecho y el escritorio, ocupando todos los lugares que no son ocupados por mí en ese mismo instante. Papeles que se van amarilleando por la humedad, dentro de bolsas que con marcador indeleble dicen el nombre de la materia. Papeles que son listas que escribo, diciendo todo lo que debería hacer. Listas que también se extravían, y después reaparecen sin haber perdido actualidad. Los papeles convierten cualquier superficie horizontal en repisa. Y a la vez constituyen la repisa para la próxima pila que reposará sobre la anterior, hasta transformarse todo esto en una especie de Torre de Repisa, que empieza a inclinarse, y marca la hora de comenzar una nueva listita diciendo "ordenar esa torre de papeles"...

Poder

Qué poderoso me siento cuando aplaco la rebeldía de mi computadora presionando "reset". Que no queden dudas de quién manda acá. Y pienso: "No vas a llegar muy lejos con esa insolencia, eh..."